La tierra ha temblado.
El Océano Pacífico ha arrasado las costas.
Japón, la segunda economía del Mundo, llora y busca reinventarse de nuevo.
Lalo estaba allí.
Lalo es uno de mis hijos.
Afortunadamente, estaba en Osaka, unos 600 kms. al sur del epicentro del terremoto.
Primero fue la sorpresa, despues la incertidumbre y la preocupación que dieron paso al miedo. Finalmente el humano egoísmo y la alegría de tenerle de nuevo en casa.
Pero 137 millones de seres humanos siguen sufriendo.
Las cifras oficiales, hablan hoy, 14 de marzo, de unos tres mil muertos.
Yo temo, ojala me equivoque , que pasarán de diez mil.
Las imágenes son dantescas, la realidad suele ser casi siempre más dura que la ficción.
Dice Lalo que le ha impresionado Japón.
El nivel cultural de la gente.
La educación.
La organización.
La limpieza.
El respeto por los demás y por el medio ambiente.
La cordialidad.
Un pueblo que tiene todos esos valores, saldrá de ésta como salió de otra hace 65 años.
No lo he podido evitar.
Le he preguntado por el tema del tabaco.
Curiosamente , ¿o no? se puede fumar en la mayoría de los espacios públicos, pero la gente se respeta y fuma con moderación en esos espacios.
El 80 % de la población cree que el tabaco es detestable.
Las máquinas expendedoras "detectan" si el que va a sacar tabaco es menor de 20 años (la mayoría de edad en Japón son los 20 años y, por debajo de esa edad está prohibido consumir tabaco y alcohol).
Y, por supuesto, nadie tira una colilla en la calle.
Un pueblo que respeta al que quiere fumar y en el que el fumador es consciente de que su derecho tiene que ser compatible con el de los no fumadores es un pueblo maduro.
Dice Lalo que, en ese sentido nos llevan años de ventaja.
Seguro que superarán ésta.
Seguro que sabrán erradicar el tabaco mucho antes que nosotros.
Suerte, Japón
14 de marzo de 2011
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