miércoles, 23 de marzo de 2011

66. El sentido del tacto

Voy a dedicar este capítulo a algo que creo que es muy importante y estamos perdiendo, si no hemos perdido ya, espero que no.

Me refiero al sentido de los cinco al que parece que se le da menos importancia.
Es el sentido del tacto.

Creo que nos tocamos poco, nos acariciamos poco, nos tenemos demasiado respeto o tal vez miedo unos a otros, ... y se puede trasmitir tanto a través del tacto, ...

¿Por qué ocurre esto?.

Porque siempre ha habido tabues respecto al sentido del tacto.

En Japón es tabú tocarle la nuca a una chica.
En Tailandia, tocarle la parte superior de la cabeza.
En Fiji, tocarle el cabello a alguien.
Incluso las tribus primitivas, en las que hombres y mujeres iban desnudos, existían tabúes sobre algunas partes del cuerpo.
De hecho, hay sólo dos situaciones en las que los tabúes desaparecen:
los amantes tienen acceso completo al cuerpo del otro y tambien las madres con sus bebés.

Cuando yo lo era (bebé), las abuelillas, en los pueblos, te besaban ruidosa y apasionadamente, los abrazos eran abrazos y a las señoras se les besaba la mano.

Recuerdo un juego que consistía en identificar a la pareja con los ojos vendados tocándole (entre un grupo) las extremidades inferiores.

A medida que me hago mayor y se me van quitando los complejos y los prejuicios, cada vez me da menos apuro dar un abrazo o un beso a un amigo y un buen achuchón a una amiga.

El sentido del tacto está en la piel.

¿Os habeis dado cuenta como es la piel de un fumador?.

La piel se deshidrata, modifica el color, se deterioran las fibras de colágeno y elastina que forman la red de sostén del rostro perdiendo belleza y juventud, mostrando un envejecimiento mayor a su edad cronológica.
La piel del fumador es más seca y las sustancias tóxicas del humo del cigarrillo actúan sobre ella rompiendo las fibras de colágeno, lo que provoca la aparición de arrugas.

Yo tengo un primo que tiene la piel de color practicamente verde y con unos surcos que parecen los que deja un arado en los campos de Castilla.

No tengais miedo a tocaros y mejor, para vuestro tacto, no fumar.

23 de marzo de 2011