Agradecimientos :
A las pastillas que me dieron una escusa para empezar este libro.
A los Papas Urbano VIII y Benedicto XIII, por meter en el infierno el primero y sacarles el segundo a todos los fumadores.
A mi querido maestro y amigo Javier Romero, por todo lo que he aprendido de él y por desvelarme que ni Jesucristo ni Mahoma fumaban rubio americano sino cáñamo.
Al trabuco por perdonar la vida a los no fumadores.
A mi admirado Dr. D. Laureano Molins López Rodó (Laure), director de cirugía de pulmón y cáncer de Pulmón del Clínico de Barcelona, del Hospital Tekno y de la Clínica del Sagrado Corazón de Barcelona, y a sus clientes, como yo, Joan Manel Serrat y Juan Carlos I.
A su magnífico equipo, a los doctores Fibla y Mier, a Miriam y a todo el equipo sanitario de la clínica Tekno de Barcelona.
A Esperanza Ramírez, que está superando con una entereza envidiable su cáncer de pulmón.
A González Fernández de Oviedo, por habernos legado su "Historia General y Natural de las Indias".
Al Sha de Persia, al Zar Miguel Ferdorovich, a los Emperadores de China, a Jacobo I de Ingleterra, a Luis XIII de Francia y a los Sultanes Amurates IV,Ahmed I y Mahmud IV de Turquía.
Al Lazarillo de Tormes y todos los pícaros españoles.
Al Coronel López Bravo, los generales Fernando Barrón, Camilo Alonso Vega, Juan Bautista Sánchez y Yagüe, pero, sobre todo, a las 500.000 víctimas de la guerra civil española.
A Wayne Mc Laren, el famoso Cow Boy de Marlboro, que acabó haciendo spots antitabaco y desarrollando un cáncer de pulmón que le hizo "definitivamente libre".
A Perú y a Ecuador y a los Mayas y a los Aztecas y a Cristóbal Colón.
A Joan Pere Viladecans, por su maravilloso artículo "Fotos fijas".
A Villamizar de la Mata, a Sahelices del Río y a Sahagún de Campos, en León y a La Hinojosa de San Marcelino, en Soria. Y a los carreteros y a los carros.
Al golf.
Al Camino de Santiago.
A la fábula y a todos los fabulistas.
A María, que lo ha dejado definitivamente.
Al comunismo y al capitalismo, que en paz descansen y nos dejen descansar en paz.
Al pueblo japonés, que recientemente y hace 66 años ha sufrido tanto. A mi hijo Lalo, que estaba en Japón cuando el sunami y a su amigo Nabe.
A todos los borrachos y a todos los enamorados del Mundo.
A los sueños.
A todas las cosas que eran pecado (casi todas) y a todas las cosas que ya no son pecado (casi todas).
A Nat King Cole, a Iacomo Puccini, a Duke Ellinston, a George Harrison, a Sammy Davis Jr. y a Walt Disney, a Cantinflas y a Frak Sinatra, que se fueron por el tabaco pero siguen vivos en nuestro recuerdo.
A la Asamblea General de las Naciones Unidas, a Gadafi, a Hugo Chávez y a Silvio Berlusconi.
A Decimus Iunius Invenalis, poeta romano de finales del siglo I y a Antonio Machado.
A los recuerdos de la infancia, a las neveras que enfriaban con hielo, a la leche que se compraba en las vaquerías, a los trapaires (traperos), a las pelotas de trapo, a la leche en polvo y al queso amarillo de los colegios, a los vigilantes y a los serenos.
Caterine Deneve y a Joaquín Sabina, por su rebeldía ante la Ley 42/2010 y ante todas las Leyes.
A los trenes, al Changay y a la ventana de la casa de mi tío Pino y de mi tía Julia, en Sahagún, desde donde yo contaba los vagones de los mercancías que cruzaban la mesta leonesa.
Al cine y a la tele en blanco y negro, a los amigos de Padre Claret, a las salidas a la playa de Castelldefels con la nevera de hielo, y a las vacaciones en el pueblo y a la gaseosa amarilla, y al sidral.
A mi tío Heriberto y mi cuñado Juan, católicos practicantes que no fuman en Cuaresma.
A Marisol Ampudia, Dra. en psicología por la Universidad de Barcelona, por su regañina, por su libro "Con la mejor intención" y por el trabajo que está haciendo con los niños con enfermedades terminales en el Hospital Vall d´Hebrón de Barcelona.
A la fabada asturiana.
A Philip Morris, Britis American Tabacco, a Japan Tabacco. A Imperial Tabaco y a Altadis y a sus hipócritas "valores" y "cógigo ético".
Al "Servicio de Información y Noticias Científicas (SINC)" por su estudio sobre la influencia del tabaco en los ataques de migraña y a Arantxa, que la padece.
A Nicolás Bautista Monardis, padre de la farmacología, a pesar de las mentiras que decía sobre el tabaco.
A José Eugenio Arias Camerón, propietario del Asador de Guadalmina y a Muhamad Sayyid Mubarak.
A Sara Montiel y a su canción "Fumando espero"
Al "smirting", contracción de "smoking" y "flirting", posible gracias a la Ley Antitabaco.
A los 500 millones de personas de los 6.000 millones que hoy viven en nuestro planeta y mañana se irán a consecuencia del tabaco.
A los Estados Unidos de América y su doble moral. A San Francisco y a Las Vegas.
A Joan de Sagarra, por su estúpido artículo "La vida es un cigarrillo".
A los hosteleros, sanitarios, estanqueros, tabaqueros, bomberos de incendios forestales, contrabandistas de tabaco, psicólogos y empleados de programas para dejar de fumar, farmaceuticos y laboratorios, porque si todos dejáramos de fumar, aumentaría el paro en sus sectores.
A la paramiología y al rico refranero español.
Al Pare Manel, por su libro "El Pare Manel. Más cerca de la Tierra que del Cielo" y por la impresionante labor que está haciendo con los más necesitados en Barcelona.
A las mentiras que nos contaron : que si los niños vienen de París, que si los Reyes no eran los padres, que si España era Una, Grande y Libre, que si el sexo era malo, que si los catalanes eran polacos, que si los niños que se masturbaban se volvían ciegos y tuberculosos, que si los yanquis y los de derechas eran los buenos y los indios y los de izquierdas eran los malos, que había que fumar al hacer la mili y luego ya podías fumar. Todo como dice Marisol "con la mejor intención".
A Andorra y aquellos viajes para comprar tabaco y alcohol, y quesos franceses y colonias y perfumes, y un radicaset para el coche.
A Niccolo di Bernardi du Maquiavelo, a pesar de que creo que el fín no justifica los medios.
A todos los encantadores de serpientes del Mundo.
A China, al mundo musulmán y a los indignados.
A los 3.000 partidos políticos registrados en España, a pesar de sus mentiras.
Al movimiento 15 M y a La Puerta del Sol y a la Plaza de Catalunya.
Al París de mayo del 68, a la Primavera de Praga y a la Revolución de los claveles de Portugal.
A La Hinojosa y a mi abuelo Teodoro.
A los torreznos de Soria y a la Misa de los domingos, con su campanario y sus campanas, y sus tres toques.
A Carmen Chacón y a Rubalcaba, a Zapatero y a Aznar, y a Rajoy, y a Artur Mas.
A Pep Guardiola y a José Mohurinho.
Al Seat 600 y aquellos interminables viajes a Soria y a León y a aquéllos interminables adelantamientos a los camiones y a la garrafa de agua que nos sacó de tantos apuros en los Monegros cuando el motor se calentaba.
A Pilar Rahola, a Pío Baroja y a María Eschenbach y a mis nietos Lucas, Leo y Jan.
A la Barcelona de los 60, a las putas de Las Ramblas y a los marineros y los chiringuitos de paella en La Barceloneta. A los Baños de San Sebastian y los tranvías con sus letreros de "Prohibido fumar y escupir" y "Prohibida la palabra soez".
Al colegio Emilio Juancadella y a mi gran Maestro Alejandro Lomas.
A Pamplona y a San Fermín y al australiano al que hirió gravemente un toro este año por perseguirle por toda la plaza como si fuera una oveja.
Al Tribunal Constitucional, a pesar de su incompetencia.
A la Via Augusta, al Arco de Bará, a los ilergetas y a los cosetanos, y al centurión que hace 2.000 años velaba armas en mi parcela de Roda de Bará.
A Gregori Peck, por su película "El hombre del traje gris".
A mi familia, al Instituto Balmes, a la Escuela de Ingenieros de Barcelona, a Seat, a Olesa de Montserrat, a Vigo, a Bilbao, a Coruña y a Gavá. A Fiat, al INI y a Volkswagen.
Al futuro, porque será mejor.
A todos mis amig@s.
A mis padres, Ladislao y Saturia.
A mis hijos Lalo, Arantxa, María y Andoni.
A mis nietos Lucas, Leo y Jan.
Y a Ana Mari, que me sigue aguantando a pesar de estos 40 años.
Sin todos vosotros este libro no hubiera sido posible.
Y un agradecimiento especial a mi amigo Javier Romero, que me animó siempre a continuarlo y a Laureano Molins, el mejor cirujano del Mundo de cáncer de pulmón y cirugía de pulmón y a Marisol Ampudia, psicóloga y formadora de psicólogos y psiquiatras, por prologarme este libro si algún día sale a la luz, pero sobre todo "por ser tan buena gente"
Roda de Bará, 21 de agosto de 2011