¡Qué barbaridades hay que leer a veces!
En La Vanguardia de ayer, 20 de febrero, en el apartado VIVIR, y bajo el título "La vida es un cigarrillo", el comentarista colaborador, Joan de Sagarra, hijo del ilustre poeta catalán Josep María de Sagarra, a partir de una crítica (con la que estoy totalmente de acuerdo) hacia los espectadores que denunciaron recientemente el hecho de que se fumara en escena en una obra de teatro, se lanza sin red a una serie de lindezas, improperios y barbaridades, cuando no insultos, contra los no fumadores y exfumadores.
Copio literalmente :
"¿El celo por la salud? Anda ya. Me juego un fabuloso (24 cm.) de Romeo y Julieta a que lo que en verdad mueve a estos indignados espectadores .... no es otra cosa que el hecho de fumar, de disfrutar liando, encendiendo y fumando un cigarrillo"
"... son unos tocacollons, obsesionados por reprimir todo tipo de placer ajeno (la más de las veces porque el placer les ha sido negado)."
"... pues bien, a los condenados puritanos lo que les revienta no es que el chico le ofrezca un cigarro a la chica ... lo que les revienta es la mirada, esa mirada entre ambos"
"Más que el daño que pueda causar el tabaco , lo que les fastida a esa gente es el placer que pueda pruducir un humilde cigarrillo."
"No es ninguna casualidad que las mujeres francesas obtuvieran el derecho al voto en abril de 1945, dos semanas despues de recibir la primera ración de cigarrillos ... "
"Tras el celo por la salud, en muchos, en innumerables casos se esconde otra cosa".
"El placer, la tranquilidad, el sosiego, la paz que experimentarían fumando un buen tabaco."
"Porque fumar ... es todo un arte. Y hay gentes que lo que más les cabrea, en definitiva es el arte".
Sr. De Sagarra, no le quiero hacer publicidad hablando de la Gauche Divine , concepto que se le atribuye, relativo a los burguesillos de los 60 convertidos en progres de izquierdas entre trago y trago de buen whisky y reuniones en el Ateneo de Barcelona.
Vd. tiene todo el derecho del mundo de haber dejado escrito que, cuando muera no quiere ser incinerado, sino "flambeado" con un Armanyac del 67.
Puede utilizar su ironía para defender con sorna "ampliar la Sagrada Familia de modo que llegue hasta el mar a costa de derribar los bares en que Vd. se reunía con otros progres".
Pero no insulte, hay gente tocacollons, reprimida, hipócrita, puritana, gente a la que le gusta el arte y gente a la que no, pero eso no tiene nada que ver con ser fumador, no fumador o exfumador.
Y téngalo claro, ni fumar es un arte ni la vida es un cigarrillo
21 de febrero de 2011