Cuando yo era jovencito casi todo era pecado.
Ahora, casi nada.
Había buenos y malos.
Los buenos iban al cielo, los malos que se confesaban, también y los malos que no se confesaban, al infierno. Nunca supe donde iban los creyentes de otras religiones ni los no creyentes.
Había otro sitio que se llamaba purgatorio, que era como una cámara de descompresión para poder entrar en el cielo (como lo se los submarinistas y los astronautas).
Finalmente, había un sitio muy raro que se llamaba limbo, adonde iban los niños que, queriendo, no se habían podido bautizar.
Luego, resulta que el limbo ya no existe , con lo cual, igual aquellos niños no están en ningún sitio
La "lista de pecados" estaba en el catecismo y uno, decían entonces que muy gordo, era el suicidio.
Había otro, tambien gordo, pero menos gordo que el suicidio, que era lo que llamaba el catecismo el suicidio indirecto.
El suicidio indirecto era como muy curioso, era como si te suicidaras, pero no te suicidabas, pero al final te morías.
¡Qué lío!.
Pero bueno, vamos al tema, con un suicidio indirecto, ¿podías ir al cielo o no?.
Porque si la primera causa de muerte evitable es el tabaco, eso será un suicidio indirecto, digo yo.
Hoy en día hay una página en internet , que es "church forum" , que dice al respecto :
"En cuanto al así llamado suicidio indirecto (es decir, quien pierde la vida a causa de otra acción)es también ilícito, a no ser con causa gravemente proporcionada.
Aunque la acción que indirectamente produzca la muerte pueda no ser mala o incluso buena se requiere causa justa y proporcionada para permitir la propia muerte.
Es lícito arriesgar apelando al principio de doble efecto; en este caso, las condiciones que debe reunir la acción, para ser lícita, han de ser:
1º que la acción u omisión sea buena o indiferente,
2º que se siga también un efecto bueno (y con la misma o mayor inmediatez del malo),
3º que solo se intente el bueno,
4º que haya una causa proporcionada (como puede ser el bien de la patria, el bien espiritual ajeno, el ejercicio de una virtud, etc.)."
Oséase que el que fuma va al infierno.
Menos mal que, al parecer, al infierno ya no van ni los malos.
7 de marzo de 2011
Creo que voy a inventarme un sitio para ir cuando acabe mi aventura de la vida, no me gusta ni el cielo, ni el infierno, ni el purgatorio, ni el limbo, ni ná de eso... jejeje
ResponderEliminar